LOS RIÑONES

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El riñón es el gran desconocido para los no profesionales de la salud. Si sabemos que existe el estómago, por ejemplo, es porque en alguna ocasión hemos tenido malas digestiones, pero el riñón puede estar en muy mal estado, pero no duele. Si no fuesen por los análisis de sangre, nadie se enteraría que tiene mal los riñones.

Y sin embargo los riñones cumplen una función primordial en nuestra salud. No se limitan solamente a depurar la sangre, sino que de alguna forma equilibran una serie de sustancias primordiales para la vida (un exceso de potasio puede ser mortal), y emiten unas hormonas vitales para la creación de los glóbulos rojos. Así mismo, los riñones tienen una acción directa sobre el calcio y la descalcificación de los huesos. Y otras muchas cosas que todavía ignoro.

No soy médico, ni tengo ninguna formación en las ciencias de la salud. Simplemente llevo quince años siendo tratado por insuficiencia renal crónica. En mi primera visita al nefrólogo, éste me preguntó si sabía por qué teníamos dos riñones en lugar de uno, como el páncreas o el hígado, él mismo me dijo que porque al final de nuestra vida nos quedaba solamente uno. Los riñones van perdiendo su función simplemente por el transcurso de los años. Las salas de espera de los nefrólogos parecen geriátricos, todos somos de la tercera edad. Nunca me he encontrado con alguien joven, pero ha sido simplemente casualidad, porque los hay.

Ahora he iniciado una nueva fase de mi enfermedad, he iniciado la hemodiálisis, donde una máquina sustituye una parte de las funciones de los riñones. Hace solo unos cincuenta años que existen estas máquinas para su uso mayoritario, aunque tienen un precio prohibitivo para las aseguradoras privadas, así que es la Seguridad Social la que se hace cargo de estos costes. Afortunadamente en nuestro País tenemos la sanidad pública.

Vivir con hemodiálisis, cuando eres un jubilado, no está tan mal. Ya sabes que los martes, jueves y sábados tienes que estar a las doce y media en el Hospital, del cual saldrás a las cuatro y media. Son cuatro horas de estar sentado o tendido, y que puedes aprovechar para leer el periódico o jugar con el móvil. Y es que vale la pena. La vida es tan bella.

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